Lectura 1

18 Octubre 2009

mapa3En la literatura universal hay numerosas obras que muestran la íntima relación que hay entre el ser humano y las fuerzas de la naturaleza. A veces esa relación se materializa en una lucha que revela el frágil equilibrio que existe entre las personas y el resto de los seres con los que comparte espacio. Y por mucho que alguien pretenda convivir en plena armonía en ese espacio y convertirlo en común hogar, siempre habrá un elemento ajeno que rompa ese equilibrio y nos lleve al desastre. Eso es lo que le ocurre al protagonista de este relato: los resquicios de «civilización» que todavía arrastra a sus espaldas en la dura vida de la selva, le llevarán paradójicamente a conjurar el mal, por mucho que ese mal esté encarnado en el más hermoso de los seres que habitan desde siempre en dicha selva.

Para descubrir el relato al que nos referimos, se adjunta una especie de mapa en el que sólo se indican algunas pistas del espacio narrativo en que se desenvuelve la obra. Basta saber que para llegar al pequeño pueblo de El Dorado por primera vez, el protagonista hubo de emplear dos semanas, a veces en transporte colectivo, a veces en camión, otras a pie. Y para ocupar la hacienda en la que habría de vivir, tendrá que navegar en canoa río arriba durante una semana más. Pero la verdadera aventura estará más adentro en la selva, en las proximidades de la cabaña que poseía el malogrado colono que avituallaba antaño a los buscadores de oro. Allí, en ese punto, tendrá lugar la lucha. Justo ahí se mostrará en toda su magnitud la pugna entre el hombre y la bellísima fuerza natural.

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