Hoy 26 de noviembre a las 18:00 horas, en el Edificio Central de la Biblioteca Universitaria, tendrá lugar el libro fórum de la lectura 34. Estará coordinado por el profesor de Lengua Española de la ULPGC, D. Francisco Quevedo García.
Categoría: La isla y los demonios
En una entrevista publicada en el blog Causas olvidadas el 24 de noviembre de 2014, Cristina Cerezales, hija de Carmen Laforet, comenta que en Música blanca quería recoger la esencia de su madre.
Les ofrecemos dos muestras del paso de Carmen Laforet por Las Palmas de Gran Canaria. Una, a través de los recuerdos de la propia autora de los días que pasó durante su infancia en la playa de La Laja, artículo publicado el 5 de mayo de 1972 en el periódico ABC y otra, a través de los recuerdos de su amiga Carmen Lezcano, artículo publicado el 31 de marzo de 2004 en el Canarias7.

De la Fe y Laforet, en el centro, flanqueadas por los hermanos Lezcano y junto a otros dos amigos. i LP/DLP
La primera edición del Premio Nadal se concedió el 6 de enero de 1945 a Carmen Laforet por su obra Nada. Hasta la actualidad es el autor más joven al que se le ha concedido este galardón.
La isla y los demonios supuso el regreso literario de Carmen Laforet tras su primera novela Nada. Francisco Quevedo García, profesor de Lengua Española en la ULPGC y coordinador del libro fórum, analiza en su estudio crítico «Regreso a La isla y los demonios de Carmen Laforet» la novela de esta autora.
Si uno es escritor, escribe siempre, aunque no quiera hacerlo, aunque trate de escapar a esa dudosa gloria y a ese sufrimiento real que se merece por seguir esa vocación. Carmen Laforet. Datos biográficos de la autora extraídos de su página web y voz de Carmen Laforet en una pequeña entrevista realizada a mediados de los años sesenta.
La isla y los demonios (1952), obra de Carmen Laforet, es uno de los grandes hitos de su producción. Representa, sobre todo, un “regreso”, tanto en el plano personal como en el literario. Regreso literario porque la novela representa el reencuentro de la autora con un público que esperaba, tras Nada (1944), una obra que confirmara su valía artística; y regreso personal porque el libro supone el retorno de Laforet al universo de su infancia y adolescencia, el de las Islas Canarias. La autora, aunque nacida en la península, lleva inserta, en efecto, la esencia insular.